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Ella se desmaquilla poco a poco
los pesares que lleva en los ojos,
los recuerdos que el día le dejo
y la tristeza de lágrimas que no soltó.

Julia trae siempre un corazón roto,
a veces una lágrima recorre su rostro
y se reprocha por palabras que no dijo,
que no podrá decir, todo se acabó.

Por la noches un agudo dolor
su pecho recorre, pues la soledad
la abruma con sus crueles reproches
que nunca escucha, pero le duelen.

Su mente pierde lentamente el color
vivaz de la felicidad.
Julia se pregunta por las noches
porqué a quienes quiere, sólo la hieren.

Así se va alzando entre su querer
y la razón, una gran muralla
que quizá mañana ya sea muy alta
y nadie la derrumbe.

En el prado de su rostro quiere llover
pero ella no llora, siempre calla
su voz se corta y no escapa la palabra
Que evite su caída al vacío, se hunde.

La marejada de sus pensamientos
forman un hondo agujero
en el café de sus ojos que,
sin darte cuenta, te va absorbiendo.

Julia no cree en los encantamientos
y te va, cálidamente, queriendo
si en tus ojos ve
aquello que la va atrayendo.

Ella no es una mujer,
no, ella es una niña
que tiene miedo de querer
y verse, otra vez, herida.

Julia María del Prado

2 comentarios en “Julia (poema a mí misma)

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