Después de muchas cambios, situaciones, alegrías y desilusiones…
estoy aquí. Sigo aquí.
Y me duele, entre la cuarentena y la depresión existe un punto medio de autoconocimiento y reflexión. Despertar cada mañana con la luz que se cuela por la ventana y no saber si debo dar  gracias o maldecir por estar de nuevo aquí, en el silencio y el vacío de mi pecho.
Hundida en ese pozo sin fondo donde me grito a mí misma que no está bien, que no estoy bien.

Mis días parecen un libro de autosuperación en donde sólo quiero una cosa: olvidarme de todo este abismo emocional que me absorbe.
Entre jugar videojuegos, cocinar y mirar cosas online no hay nada más.
Soy como un cascarón vacío.
Me siento como una IA que acaba de nacer. No comprendo nada, no siento nada. Mis ideas no tienen orden. No sé qué quiero ni qué es lo que la gente quiere.
Ya no escribo como antes porque ya no existe una emoción que me llene como antes. El vacío que había en mí se volvió un agujero negro que todo absorbe y me vuelvo nada.

¿Soy un poco de polvo de estrellas en mi interior?

No tengo un rumbo, no tengo un halo que me guíe. Soy una botella de plástico en el basto mar.
Soy la contaminación, soy las enfermedades.
¿Qué soy y qué quiero ser es la misma pregunta? ni siquiera puedo entenderlo. Soy una nube a punto de causar un torrencial… pero no lluevo.
La ansiedad es mi amiga y a veces, más allá de evitar que pueda dormir, me mal aconseja… Me susurra que no estoy donde debo estar; que mi lugar es junto al sol.
¿Por qué me dice todo eso? no quiero vivir, no quiero pensar.

A las personas les gusta decir que hay mucho por delante y que hay mucho que explotar…
¿soy una bomba? quizá solo falta tiempo para explotar de verdad.
No hay manos ni pecho, ni abrazo que me saque. Por más…
Estoy muy triste y a veces quiero llorar, pero… ¿llorar por qué? ¿qué me hace llorar?
No lo entiendo, no lo entiendo.
Es duro, sí. es horrible. Es como nadar con los ojos vendados y sentir la dentadura de un tiburón al rededor del cuerpo…
Quiero llorar, pero llorar…. llorar no me ayuda. Llorar sólo llena más este mar que me ahoga…

No quiero ayuda, porque nadie me puede ayudar.

Deja un comentario